viernes, 27 de diciembre de 2013

ESTILOS EDUCATIVOS PARENTALES LOGOPEDIA Y PSICOLOGIA VILLAVERDE



¿Qué son los estilos educativos?
Denominamos estilo educativo a la manera que tenemos de educar a nuestros hijos.
Los distintos estilos surgen de combinar la presencia en mayor o menor medida de dos dimensiones diferentes:
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Afecto entendido según Maccoby y Martin.  Es afecto el refuerzo contingente a la conducta del niño ajustado a sus estados, respuestas y necesidades. En contraposición al cariño que es el aprecio o alabanza cuando el niño lo merece pero también espontáneo, independientemente de lo que el niño haga o diga.

Supervisión de Disciplina. Consiste en las demandas de madurez que los padres hacen al niño, la verificación del cumplimiento de las normas, la aplicación de consecuencias, y como no, la voluntad de enfrentarse a la desobediencia de los hijos.


Los cuatro estilos
Si combinamos estas dos dimensiones obtenemos 4 estilos diferentes:
AUTORITARIO: Mantiene una alta exigencia de las normas y hace correcciones constantes del comportamiento, combinándolo con escaso apoyo afectivo, frialdad y conductas hostiles hacia el niño
PERMISIVO: Elevado apoyo afectivo pero muy poca supervisión y escasa exigencia de las normas ni supervisión de las mismas
NEGLIGENTE: Gran despreocupación afectiva y a la vez poca o nula atención a la disciplina
DEMOCRÁTICO O AUTORITATIVO: existe un equilibrio entre la exigencia de normas, la imposición de límites y el afecto, la comunicación y la sensibilidad a las necesidades del niño.

Sin lugar a dudas, no existen estilos puros. Es decir, nadie se comporta siempre y ante todas las conductas del niño de una forma concreta, sin embargo, si nos observamos y analizamos sinceramente la forma en que nos relacionamos con los niños, veremos que hay una tendencia general a actuar de una manera determinada y que responde a un estilo concreto.

¿Qué consecuencias tiene cada estilo educativo?
En numerosos estudios se han investigado los estilos educativos y la repercusión que éstos tienen sobre el sentimiento y el comportamiento posterior de nuestros hijos.
Si bien no hablamos de matemáticas, es decir, no siempre una conducta tiene una repercusión concreta, se ha podido comprobar que, al ser el estilo una tendencia, un patrón permanente, suele tener consecuencias similares en los distintos casos estudiados. Sin embargo, no podemos olvidarnos de las características intrínsecas de cada niño y de las circunstancias que se vivan.
El estilo negligente es sin duda, el que peores resultados da en la educación de los hijos, el que tiene consecuencias más nocivas y destructivas.
Normalmente, el democrático o autoritativo (no autoritario) el que más apoyo a recibido como forma de educar adecuada.
Si podemos reflexionar un poco sobre cada uno de ellos, seremos capaces de anticipar qué consecuencias obtendrán con más probabilidad unos y otros.
Parémonos en el Autoritarismo.- Si un niño recibe un montón de normas, sin flexibilidad para cumplirlas y sin explicación y contención, tenderá a ser obediente siempre que esté la autoridad presente, pero en cuanto ésta se despiste, el niño aprovechará para saltarse las reglas, puesto que no las entiende, probablemente no las ha interiorizado como propias o necesarias y tampoco encuentra una motivación emocional para cumplirlas puesto que los padres no le ofrece el afecto necesario para asumir algo que, en general, es costoso.
El permisivismo.- Niños que se crían con pautas muy permisivas, suelen parecer, en un primer contacto, niños muy seguros y decididos. Sin embargo, suelen ser niños a los que les cuesta aceptar los límites ya que no están acostumbrados a tenerlos, incluso a veces los desconocen, y con poca resistencia a la frustración, puesto que en escasas ocasiones han tenido que sufrirla y no ha desarrollado la capacidad de contenerse ante el NO.
La negligencia.-  Los padres con estilo negligente no muestran afecto a los niños ni tampoco las normas. Son niños que sienten que sus padres “pasan” de ellos. Por tanto, mostrarán a menudo, dificultades para conocerse y quererse. Desconocen cuáles son los límites que hay que cumplir y a menudo tienen conflictos sociales con los iguales y con las figuras de autoridad.
El democrático.- El democrático es un estilo en equilibrio, donde los padres dan a sus hijos el acompañamiento necesario para explicarles cuáles son los límites y por qué hay que cumplirlos, entendiendo que los niños necesitan tiempo y a veces ayuda para respetar las normas,  y con la firmeza suficiente como para poner consecuencias a las conductas indeseables. Por tanto, los hijos tenderán a comprender la necesidad de los límites y a aceptarlos como parte importante de la convivencia y el respeto a los demás, cumpliéndolas incluso sin supervisión. Serán personas que intentarán negociar aquellas cosas con las que no estén de acuerdo pero asumirán el acuerdo como forma de vida.


Desde LOGOPEDIA Y PSICOLOGIA VILLAVERDE les estimulamos a que revisen como es su comportamiento con los niños, con sus hijos y que relean qué consecuencias probables tendrán sus pautas. Si no es lo que usted espera de sus hijos, CAMBIE su conducta, su manera de dirigirse a  ellos, su forma de explicarles y su disposición para acompañarles en esta vida.
No se trata de que usted cambie su manera de ser ni su personalidad, simplemente que se mueva de forma distinta en su relación con ellos.
Si usted cree que está trabajando de una manera adecuada,dándole a sus hijos herramientas para enfrentarse al mundo, ENHORABUENA, no cese en su tarea a pesar de que en ocasiones le sea difícil o le cueste llevarlo a cabo. Sin duda, el resultado merece la pena.

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